30 de diciembre de 2006

Una mierda

ETA pone una bomba en la T-4 del aeropuerto de Barajas (Madrid).

No hay más palabras: una mierda.

Parece mentira que aún en la edad de la tecnología, en la era de la información haya seres (porque llamarlos personas sería un insulto hacia todas las demás) tan sumamente cavernícolas. ¿Qué sentido reivindicativo tiene destruir cosas? Es algo así como decir: "Oye, perdona, que es que me he quedado en un eslabón perdido de la evolución. Ya que soy tan retrasado mental voy a ponerme a joderte a tí, que pareces tan civilizado..."

Da asco, sinceramente. Si quieres poner bombas, ponlas en tu casa. ¿Por qué un aparcamiento de un aeropuerto? ¿Qué pretendes matando a gente que no tiene nada que ver contigo ni con tu supuesta lucha?

Otra cosa ya es lo del proceso de paz y todo eso. Para mí que, así como se ha visto que están las cosas, no es que se pueda hablar de mucha "paz", pero no me voy a meter a hablar de nada político.

El asesinato no es ni un buen fin ni un buen medio, y punto. Igual que al que han colgado en Irak. La pena de muerte sigue siendo un asesinato y en una sociedad, por lo que dicen los que mandan tanto, civilizada, un asesinato no es más que una mierda.

Si todo el tiempo que se piensa en cómo engañar, hacer daño o aprovecharse de los demás se dedicase a razonar, estudiar, aprender o cualquier otra cosa, el mundo sería seguramente un lugar perfecto. Pero no puede ser; es una mierda.

Espero que el 2007 empiece mejor, porque es aterrador lo mal que ha terminado este año.

26 de diciembre de 2006

En descomposición

Observar las noticias de hoy ya nos sirve para ver como están las cosas:

- Explosión de gas en Nigeria: cientos de muertos.
- Ataque de las tropas etíopes sobre Somalia: un millar de muertos.
- Terremoto en Taiwan: 2 muertos, 32 heridos.
- Irak, una condena a muerte a un hombre que mató a otros 148.

Muerte por aquí y por allá, muertes, muertos, matar, muerte,...

Para poner punto y seguido al asunto, hoy hace 2 años exactamente que ocurrió la ya archiconocida tragedia del tsunami en el sudeste asiático. Seguro que se han hecho un montón de homenajes en favor de las víctimas y sus familias, de los miles de desaparecidos que dejó la gigantesca ola tras de sí.

Pero lo que yo me pregunto es si no les compensaría más pensar en prevenir futuras tragedias similares. No hay duda que una ola gigante es lo que es y contra eso no hay mucho que hacer, pero tal vez si se hubieran dispuesto de más facilidades, mejores servicios, mayor capacidad de gestión de ayudas, etcétera, no habría que lamentar ahora tantas pérdidas humanas.

¿Y hasta qué punto nos importa eso a nosotros? Al fin y al cabo aquí sólo notamos veranos más largos, tímidas olas de calor y, como mucho, algún vientecillo un poco huracanado. Sin embargo, en otros paises del mundo, las consecuencias de esta situación vienen en forma de olas gigantes y terremotos. Casualmente suele ser siempre en los paises o zomas con mayores problemas para la simple supervivencia, no hablemos ya para afrontar catástrofes de tal envergadura.

Si alguien quiere preguntarse un poco más, le remito a la caótica frase situada al final de esta página. No es culpa nuestra respirar, pero sí cortar la respiración. Tal vez no pongamos las manos directamente sobre ningún cuello, pero no permitiendo que la Tierra respire estamos contribuyendo a que ocurran sucesos para los que no todos estamos igual de prevenidos y/o protegidos.

Hace pocos meses, un bloque de hielo del tamaño de la provincia de Alava se desprendió de la Antartida.

Varios expertos fijaban para el verano de 2040 la desaparición completa del hielo del Polo Norte; las consecuencias creo que ya son bastante sabidas.

Y sino no pasa nada: si no nos mata el planeta en su venganza, ya nos matamos entre nosotros.

Todo es evolución, solo que ahora debe ser cuando volvemos a las cavernas.

24 de diciembre de 2006

Seguir la corriente

Pues sí, será un hipocresía, un derroche, un consumismo abusivo y todas esas cosas que trae consigo. Seguramente sería un día igual de feliz o más sin la mitad de las cosas que hoy pudieran acontecer. Todo eso es cierto.

Pero también hay demasiados días tristes al año; no vamos a amargarnos otro más.

Feliz Navidad a todos.

15 de diciembre de 2006

La Navidad (estorba)

Que bonita época, no?

Hasta suena bien: Navidad.

Uno piensa en Navidad y se imagina las luces en las calles, los niños con regalos, nieve, un árbol con bolas y lucecitas,... Una época de supuesta ilusión que ultimamente tiendo a pensar que, si no fuese por las vacaciones que nos dan, estorbaría un montonazo.

Hoy, sin ir más lejos al salir del metro a la mañana y encaminarme a la uni he visto que varios operarios descargaban de un camion en mitad de la calle lo que parecían ser partes de un árbol de Navidad: una enorme base metálica circular, ramas con hojas de abeto artificiales, cajas,...

Pues bien, resulta que al salir de clase, como unas 4 horas más tarde, dicho árbol ya montado y construido se había edificado ahí mismo, en mitad de la acera, obligando a los que circulaban por la misma (el menda entre ellos) a dar un rodeo gracioso y también bastante ridículo alrededor de la susodicha planta de mentira. Y eso que tenían una plaza al lado, con bancos y demás dispositivos de mobiliario urbano, donde seguramente un árbol navideño hubiera resultado mucho más atractivo. Pero no. Había que ponerlo ahí en medio, estorbando.

Muy bonita la Navidad, ssí, pero para mi que termina cansando. Una vez tienes que ponerte a rodear árboles donde antes no los había, sobrevivir a trillones de anuncios de colonias y ponerte la máscara de aparentar qué buenos somos todos y cuánto nos queremos, la cosa empieza a cambiar... Y lo bonito empieza a ser repetitivo, y lo repetitivo agota, aburre y en ocasiones también irrita. Además antes la Navidad eran algo así como dos semanas, pero ahora ya te las van metiendo con calzador desde Noviembre.

Menos mal que a pesar de todo, aún nos queda el consuelo de unos días de vacaciones. Que habrá que estudiar y lo que sea, sí, pero vacaciones al fin y al cabo.

Feliz (y breve) Navidad.

Y para los que os hayais mosqueado: "Lo bueno, si breve, dos veces bueno"

13 de diciembre de 2006

Sobre Ruedas

Quiero presentaros un nuevo blog que he desarrollado orientado a noticias e información acerca de diversas categorías de automovilismo: Fórmula 1, GP 2, World Series, Champ Car, IRL y F3 principalmente, aunque no descartó expandir nuevos horizontes si llega el caso. No voy a dejar este blog de lado ni mucho menos, sólo que siempre que vaya a hablar de esos temas lo haré por allí mientras que este sigue siendo mi blog más "personal".

Podeis encontrarlo todo aqui.

PD: Ya que estábamos... he decidido crearlo con wordpress para probar qué tal.. XD

8 de diciembre de 2006

Signos (II)

- Hola, pequeño.

Morgan se giró sobre sus talones y la vió por primera vez. Nunca hubiera creído encontrar a aquella clase de chica en un trabajo así. La recorrió con la mirada de arriba abajo. Su cuerpo pequeño, delgado y esbelto, quedaba cubierto por una chaquetilla acolchada blanca y unos pantalones igualmente blancos, bastante ceñidos. No era aparentemente una chica que se defendiera facilmente, aunque Morgan ya había comprobado en muchas ocasiones que las apariencias solían engañar, más aún con las mujeres. Sus labios, de color rojo carmesí, se cerraban con firmeza en una mueca que se asemejaba a una leve sonrisa. Su pelo, blanco como la nieve, caía ocultando parcialmente sus ojos; unos ojos azules cuya vista, según podía adivinar, le traería bastantes problemas. No era lo que estaba esperando, pero estaba claro que si lo que querían era impresionarle, lo habían conseguido.

- Sólo una persona que creyese de verdad en sí misma se atrevería a llamarme así.

La chica se mordió el labio y lo miró fijamente. Definitivamente, era guapísima.

- Bien. Veo que al final te has decidido a colaborar. Harrison me había alertado de que tal vez no aparecieras y tuviera que ir yo... a buscarte.

Delató una leve malicia en aquel comentario. Tal vez su rostro de ángel no fuera más que una máscara de una letal asesina. O tal vez estuviese tratando de amenazarle. Todo aquello era demasiado confuso.

- No esperaba que enviase un mensajero así. Aunque igual tampoco me hubiera importado recibir tu visita.

Terminó de desencadenar la sonrisa, sin apartarle la vista de los ojos un minuto. Empezaba a ponerle nervioso, pero a la vez tenía algo que le mantenía así su mirada posada en los suyos sin ninguna interrupción.

- Tienes razón; ha sido una pena. Esperaba poder matar a alguien esta noche.

Lo dijo con una naturalidad tan pasmosa que arrancó una carcajada de Morgan. Sabía que Harrison contaba con algunos de los mejores mercenarios bajo su mando y, por el momento, esos rumores se iban confirmando.

Antes de que pudiera decir nada a modo de respuesta, la mano de la chica se dibujó frente a su boca, como obligándole a callar. A continuación sintió su mirada, algo más baja, mientras se incorporaba levemente y posaba los labios sobre los suyos. En un momento sintió como abría su boca y dejaba deslizar un minúsculo elemento metálico, cuyo contacto percibió frío e insípido. Luego se apartó de él de nuevo.

Su mirada volvía a estremecerle, fija y penetrante como antes, pero su sonrisa ya se dibujaba en mayor medida; una sonrisa bella, sí, pero también traicionera. Su voz fue más potente, escondiendo esa dulzura que habría creido innata.

- Ya tienes todo lo que necesitas. Volveremos a vernos.

Morgan no dijo nada. La vió volverse y caminar con paso ágil pero elegante, abriéndose paso entre la multitud de aquel antro. Nunca le habían encargado una misión de aquella manera y pensó en si realmente volvería a verla.

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- ...despierta...

Pitidos electrónicos a un ritmo constante, válvulas abriéndose y cerrándose, voces no, aún eran murmullos, frío a través de la columna vertebral y peso, un peso agobiante que le aplastaba la caja torácica y le impedía respirar.

- Morgan, despierta. Despierta ya...

Luz, claridad, en un instante la mayor luminosidad que había experimentado en toda su vida.

Blanco. Todo. Nunca tan poco color había significado tanto.

6 de diciembre de 2006

Signos (I)

Abrió los ojos en mitad de la noche. Oscuridad, lo mismo de siempre, nada tenía porqué cambiar y nada había cambiado. Volvió a cerrarlos y se sumergió nuevamente en el universo en el que se había visto inmerso.

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Allí estaba ella, tan blanca como la más pura luz que nunca podría haber sentido. Ella, en el medio de la habitación, suspendida mágicamente de alguna manera, con los ojos cerrados de aquel modo tan dulce, y una finísima sábana envolviendo tímidamente su cuerpo liviano. Podría haberse quedado mirándola durante horas, habiendo incluso perdido la noción del tiempo, sin sentir ninguna clase de hambre, dolor, sueño o cualquier otra limitación humana ante aquella visión a su juicio celestial.

Y sin embargo, ya tenía que irse.

Acercó sus dedos índice y corazón unidos hacia sus labios y a continuación acarició la frente de la chica con ellos. No dijo nada, ni siquiera se removió minimamente. Su respiración continuaba tan tranquila y tenue como hace unos instantes. Esbozando una sonrisa, Morgan se volvió hacia la puerta, caminando con paso decidido.

La lluvia había azotado los cristales del apartamento toda la noche y por la mañana parecía no haberse decidido a realizar excepción alguna. Aún no había terminado de establecerse suficiente luz para que el alumbrado público no fuese necesario y sin embargo un buen número de personas vagaba ya de un lado para otro, envueltos en sus abrigos, cubiertos por sus paraguas, sujetando sus maletines, dispuestos a enfrentarse un nuevo día más a la supervivencia más cotidiana. Si supieran lo que él sabía, tal vez no caminasen tan tranquilos, Morgan no tenía ninguna duda. Pero todo llegaría a su tiempo...

Subiéndose los cuellos de la chaqueta para tratar de protegerse del viento y la lluvia, salió del portal y se encaminó hacia su coche, aparcado una manzana más arriba. Las luces de un AV zumbaron sobre su cabeza por un instante, y lo vió alejarse en su misma dirección aunque unos metros más alto, eso sí.

Los había cada vez más, no hacia falta más que darse un paseo por la ciudad para ver que aquello no era lo mismo que hacia un par de años. Por supuesto, mucha gente no disponía de recursos como para hacerse con una tecnología así, pero ya habían surgido fabricantes dispuestos a hacerse llegar a un mayor público a costa de ofrecer productos más asequibles, aunque con las limitaciones pertinentes. Otras personas, como Morgan, seguían prefiriendo rodar sobre el suelo firme. Le daba más confianza; al menos así existía algo que te sujetase.

Su Spengler no era demasiado veloz, pero era un coche robusto, que más de una vez le había sacado de apuros sin muchos contratiempos. Lo cuidaba con esmero; al fin y al cabo era el compañero que más le había durado y el único con quien realmente disfrutaba trabajando.

Accionó el mando de la llave y a continuación abrió la puerta. Acomodándose en el asiento del conductor, deslizó hacia abajo la cremallera de su chaqueta mientras con la otra mano introdujo la llave y la giró.

La calle se estremeció con un estruendo que lo envolvió todo y la mañana se llenó de súbito de color. Para cuando los que se encontraban cerca del lugar obtuvieron el valor para dirigir su vista a la luz, aquello había dejado de ser un coche. Lenguas de fuego inagotables surgían de entre el metal.

Nadie salió. No hubo movimiento alguno.

Un coche en llamas.

Y no había más.

3 de diciembre de 2006

Contracorriente

La lucha contra los inconvenientes supone el mejor método de aprendizaje del que disponemos, más aún cuando esa lucha nos lleva a salir victoriosos, convirtiéndose en una de las mayores fuentes de satisfacción que podemos experimentar.

Me envuelve ahora una sensación bastante curiosa: por un lado siento esa alegría de haber cumplido con los objetivos previstos, de sentir que el tiempo invertido ha merecido la pena con creces, pero por otro lado queda también la resignación de saber que los momentos que he vivido ahora no volverán a suceder. Nunca volveré a ser Oberón; tampoco es cierto que vuelvo a ser el de antes, porque de todo se aprenden cosas y se obtienen resultados, y eso es lo que trato de manifestar. Tal vez esta entrada vaya a ser un poco más personal en comparación con las que os tengo acostumbrados, pero ahí va.

Podemos comprometernos de maneras muy diversas. Con personas, con obligaciones, con elecciones,... Nuestros compromisos nos limitan, nos ocupan una parte más o menos importante de nuestro tiempo, pero también nos ofrecen posibilidades sustanciosas: nuevas perspectivas, acercamiento o realización de nuestros sueños y objetivos, etc. No podemos librarnos por siempre de los compromisos: evadirlos no hará sino retrasar nuestros propósitos dejándonos temporalmente conscientes de nuestras más inmediatas carencias.

Un compromiso requiere nuestra atención en forma de tiempo y esfuerzo, tanto físico como mental. Su duración puede ser tan variable como lo son un segundo respecto de un año, y el esfuerzo que suponen puede pasar de ser insignificante a altamente agotador, en todos los sentidos.

Así pues, los compromisos nos crean inevitablemente dificultades desde el momento de su concepción. Superar estas será nuestro objetivo inicialmente; para ello deberemos emplear nuestros recursos controlando en la medida de lo posible el desarrollo de los acontecimientos relacionados. Pero también podemos encontrar otra serie de dificultades que vayan surgiendo a medida que nos intentamos acercar al objetivo. Producto del azar o de situaciones no previstas, estas pueden llegar a interferir en nuestro camino de un modo inimaginado, que pueda escaparse de nuestras posibilidades y hacernos pensar en la renuncia. Sólo si tenemos el convencimiento de nuestra voluntad para superarlas podremos llegar a obviarlas.

Prefiero escribir esto hoy, ya que mañana después del examen de SO igual pensaría distinto (esperemos que no) o al menos no tendría esta idea tan fresca. Intenta ser una especie de "tributo" a todos los que hemos participado recientemente en el montaje de "Sueño de una noche de verano" que finalmente, y a pesar de todos los problemas habidos, se pudo llevar a cabo gracias a la dedicación de todos. Sólo quiero dar las gracias a todo el resto de miembros del taller de teatro de la UD y decirles que trabajar con ellos fue un sueño maravilloso del que ahora toca despertar, aunque me costará acostumbrarme a esta realidad. Gracias también a los que vinieron a ver la obra, por su apoyo; espero que todo fuese de su agrado.

Mis ojos ya se han abierto, he debido despertar, pero sé que lo vivido no fue sólo "un vago sueño". Muchas gracias y hasta la vista.

19 de noviembre de 2006

Renovatio

Siempre llega el momento de lo que podríamos haber estado esperando desde hacía años.

Tarde o temprano, si se tiene la confianza y el convencimiento necesario para asegurar que vas a alcanzar un objetivo, sólo el destino puede evitar que lo logres. Y aunque a veces nos parezca que su fatalidad es más común que su dicha, otras también nos tiene en consideración y nos regala momentos de plena satisfacción.

Aunque creamos que algo no puede cambiar de ninguna manera, si luchamos por ello es cuando tendremos más posibilidades: ese debe ser el primer paso.

La vida cambia, a mejor o a peor, pero el flujo es constante e inevitable: nosotros decidiremos hacia donde desviamos la corriente. Y ahí está de lo que venía a hablar: los cambios.

Nos puede afectar directamente, no hay lugar a dudas, pero también puede tener un efecto más indirecto sobre nosotros, liberándonos de ciertas preocupaciones, aunque a la vez pudiendo ser origen de otras nuevas; nunca se puede asegurar nada.

Perseguimos los cambios o huimos de ellos. Poría decirse que algunos nos pillan por sorpresa, pero ¿realmente no nos hemos puesto nunca en lo mejor o lo peor que pudiera acontecer? ¿No hemos podido analizar múltiples posibilidades, aún no tan concretas como la realidad por acontecer, pero sí con una misma base? Las sorpresas son mínimas; pasar un detalle por alto puede suponer un error gravísimo cuando la rueda empieza a girar.

Pero no nos pongamos siempre en el lado malo. Los cambios también nos hacen evolucionar, nos hacen más fuertes, más expertos. Se aprende más de las experiencias más dificiles, pero esas no son necesariamente las más dolorosas y desgraciadas. También lo son aquellas situaciones que hemos perseguido desde tiempo atrás, que nos han obligado a no bajar la guardia, a no ceder un milímetro, que también hemos podido ver influenciadas por buena suerte o mejor llamémoslo oportunidades.

Y es al final, cuando ya todo ha pasado, que descubres lo aprendido y puedes sentir esa alegría que tanto ansiabas.

Cambios... momentos que merece la pena conservar en el recuerdo.

9 de noviembre de 2006

Espiral

Vivimos bajo un movimiento circular. Giramos alrededor de un astro mientras giramos sobre nosotros mismos. Giros sobre giros y más giros, giros consecutivos sobre giros consecutivos. Pero, ¿alguna vez pasamos exactamente por el mismo punto donde hemos estado antes?

Si la Tierra gira sobre sí misma, nuestra posicion sobre la msima si que puede ser igual a vueltas (días) distintos si consideramos únicamente nuestro planeta, claro está.

Si consideramos la órbita de la Tierra alrededor del Sol, también podría suponerse que tarde o temprano volvemos a pasar por el mismo punto, ya que únicamente tendríamos un plano en el que dar vueltas y, al cabo de un año, volveríamos a encontrarnos en el mismo punto en que estuvimos años atrás, o al menos cabría esa posibilidad.

Pero ahora vamos a dar el salto definitivo y a tener presente otro hecho: la expansión del Universo. Si suponemos que al inicio toda la masa era un único punto en el Universo, quiere decir esto que a medida que este se va haciendo más grande, la masa está cada vez más dispersa. De esto podrían deducirse dos cosas:

1) Nuestra galaxia (y todo lo que contiene) se mueve "hacia fuera"

2) Cada vez hay más masa más lejos de nosotros.

Cualquiera de estos dos hechos significa lo mismo realmente ya que la masa que se desplace nos irá atrayendo y por tanto alejándonos del supuesto "centro del Universo". Juntando nuestro movimiento circular característico, junto con esa fuerza que nos impulsa al exterior se puede decir que nuestro movimiento es en realidad una espiral. En realidad habría que considerar una expansión igual en todas las direcciones, por lo que en realidad nuestro movimiento seguiría una estructura cónica invertida: como si enrollaramos un muelle alrededor de un embudo, básicamente.

Pero para lo que nos va a interesar: una simple espiral.

Giros y más giros, ahí es nada. Y nunca regresando al mismo punto, cada instante en nuestras vidas realmente ha sido único. Incluso este. ¿Lo has sentido? Único.

¿Cuántas vueltas habremos dado ya? Pero mas importante aún: ¿Cuándo empezamos a girar? ¿Y cuándo se acaba la espiral?

Un círculo (o el que quiera decir elipse también me sirve) es mucho más sencillo: "simplemente"es infinito, puedes darle las vueltas que quieras.

Pero una espiral no. Eso tiene un final. Llegará el día en que dejemos de girar y nos acordemos de cada punto del Universo que visitamos. ¿No querría haberlo dedicado a otra cosa? Igual hubiera preferido reir en lugar de llorar, abrir los ojos en lugar de pasar de largo, amar en lugar de despreciar,...

Cada instante es único y en un lugar único. Disfruta este.

26 de octubre de 2006

Dicen que dicen...

...que la inspiración viene escribiendo.

Y lo cierto es que ultimamente no he debido estar muy inspirado como podeis comprobar por el tiempo que hace que escribo, o más bien, que no escribo. Será que cada vez dispongo de menos momentos para poder sentarme tranquilamente al ordenador y dedicarme a recibir inspiración y hacer, básicamente, nada... Momentos de aburrimiento donde se me podría ocurrir la feliz idea de "voy a contarles esto o esto otro".

Pero no sucede, lo cierto es que está bien dificil. Y no es porque no tenga la cabeza llena de ideas de cosas que podría contar, que no porque no pase tan frecuentemente por aquí mi mente ha dejado de sintetizar conceptos...

De todos modos, como ahora enseguida voy a irme a entregarme a los brazos de Morfeo, no quiero alargarme demasiado y no voy a contar nada. Nada de nada. Sólo haré un anuncio, que muchos ya sabreis, pero para los que no y os interese, ahí va:

XVI Muestra de Teatro
Universidad de Deusto

"Sueño de una noche de verano"
de William Shakespeare

30 de Noviembre y 1 de Diciembre de 2006
A las 17:00 y 19:30, sendos días
(las horas aún no están del todo claras, pero parece ser que será así)
En el Paraninfo de la UD

Hala, ya está dicho.

Buenas noches.

8 de octubre de 2006

Ruido en la cabeza

Horas cotidianas, días cotidianos, semanas cotidianas...

Todo se envuelve dentro de la misma rutina que seguimos observando año tras año, todo sigue el mismo ciclo. Las obligaciones, los tiempos muertos, las distracciones, los pensamientos, la intimidad, el dormir y el despertar, la noche y el día,... encerrados todos ellos dentro de un bucle en apariencia infinito donde nos sumergimos esperando algún día llegar al fin a nuestro destino.

¿Para qué? ¿Qué resultado hemos obtenido al final de cada ciclo? ¿Estamos realmente más cerca de nuestro objetivo (si es que sabemos cuál es)?

Hemos ido creciendo, hemos ido aprendiendo cosas, asimilando el mundo que nos rodea pero ¿qué hemos obtenido como recompensa? Nuestros juegos de pequeños se asemejaban a nuestros sueños: soñábamos que podíamos volar y batíamos las alas velozmente, corriendo de un lado para el otro, emitiendo un ruido de turbinas. ¿Y quién nos enseñó a aterrizar?

Tal vez llovió y se desató una terrible tempestad sobre nuestras ilusiones y ya no pudimos despegar de nuevo. Tal vez nos encontramos con alguien que, ya resignado a vivir en tierra, decidió agujerear nuestras alas. Tal vez un día sufrimos un accidente, una caída desde lo alto, una nube que nos cegó por un instante y a punto estuvo de costarnos caro y a partir de entonces cogimos miedo a volar de nuevo.

Y nos empeñamos en seguir en tierra. Sabiendo que nuestra felicidad residía allí, entre los pájaros, inocentes de ellos como nosotros lo fuimos antaño y como, cada vez, más verguenza y miedo nos da intentar alcanzarlo. Realmente, es comodísimo vivir en un bucle. Sólo has de seguir realizando tu proceso mientras el contador va incrementando.

Pero todos sabemos que ese contador terminará...

¿Es tarde ya para salir al cielo o es que aún pensamos que la felicidad no tiene nada que ver con nuestros sueños?

26 de septiembre de 2006

Cuestionario musical

Estaba aburrido aquí para variar cuando me he encontrado de repente con esto en el blog de HME. Y ya que no hay demasiado que hacer, me voy a poner a contestarlo, eligiendo para ello a un grupo tan singular como Queen.

- ¿Eres hombre o mujer?: The Invisible Man

- Descríbete: I'm Going Slightly Mad...

- ¿Qué sienten las personas cerca de ti?: We Will Rock You

- ¿Cómo te sientes?: I Want To Break Free!!

- ¿Cómo describirías tu anterior relación sentimental?: Crazy Little Thing Called Love

- Describe tu actual relación con tu novio/a o pretendiente: (Anybody find me) Somebody To Love

- ¿Dónde quisieras estar ahora?: Now I'm Here

- ¿Cómo eres respecto al amor?: Good Old-Fashioned Lover Boy

- ¿Cómo es tu vida?: One Vision

- ¿Qué pedirías si tuvieras sólo un deseo?: I Want It All

- Escribe una cita o frase famosa: Who Wants To Live Forever

- Ahora despídete: The Show Must Go On

Eh, pues no ha quedado mal, no? Al menos yo ya he matado un rato el aburrimiento. Gracias a xalernita, visitad su blog, que está muy currao.

12 de septiembre de 2006

Conmemoraciones y demás barbarie

Se cumplieron ayer 5 años de uno de los atentados terroristas más brutales que se recuerdan y, como no, hubo de conmemorarse y de recordar todo aquellos y las víctimas y no se qué otra multitud de cosas.

No me suele gustar manifestar mucho de cuestiones políticas en mi blog, como os habréis ido dando cuenta, así que más que de nombres o de gobiernos (que todos sabemos cuáles son) voy a hablar de cifras, fechas y hechos, que los datos son los que ya hablan por sí solos.


Atentados del 11 de Septiembre de 2001

Número de víctimas:
World Trade Center Torres 2.595
Vuelo 11 de American Airlines 92
Vuelo 175 de United Airlines 65
Pentágono Edificio 125
Vuelo 77 de American Airlines 64
Pensilvania Vuelo 93 de United Airlines 45
Total 2.986
(Fuente: Wikipedia)


Guerra de Afganistán (Operación "Libertad Duradera").
Inicio de los ataques el 7 de Octubre de 2001.
Toma de Kabul el 13 de Noviembre de 2001.

Víctimas:
· A 24 de Noviembre de 2001 se contaban más de 3.000 víctimas civiles.
· 272 soldados estadounidenses muertos a final de la guerra.

Desplazados:
· A 9 de Octubre de 2001, Irán ya había reportado el ingreso de más de 20.000 refugiados afganos.


Guerra de Irak.
Inicio de la invasión el 20 de Marzo de 2003.
Fin de los primeros combates declarado el 1 de Mayo de 2003, pero ya sabemos cómo están las cosas incluso hoy en día.

Víctimas:
· Según un estudio elaborado por la revista británica "The Lancet" a octubre de 2004 más de 100.000 iraquíes habían perdido la vida desde la invasión, año y medio atrás, la mayoría de ellos civiles. Según esos estudios, a fecha actual se podría alcanzar ya la cifra de 150.000.
· 2.662 soldados estadounidenses muertos, junto con un centenar de soldados británicos y otros 100 de diversas nacionalidades.

Desplazados... Para que hablar más?


No sé si me ha quedado muy estructurado esto, ya que he ido tomando datos de aquí y de allá, pero creo que se capta la idea. Según parece 2.986 personas sí merecen una conmemoración mientras que por otro lado hay otros cientos de miles de personas que han muerto y millones que han sido forzadas a abandonar y perder sus hogares, condenando así su vida y la de sus descendientes a la más absoluta miseria, los cuales no tienen ningún reconocimiento ni homenaje ni nada.

¿Qué pasa? ¿Es que unos eran distintos de otros? Tal vez como vivían en otros países, se trataban de otra manera o tenían otros gobernantes merecen otro trato. Es curioso como todos recordamos un día por algo que nos impacta y cómo se nos vende lo terrible que fue aquello, pero cómo se calla lo que vino después y aún sigue habiendo: 5 años donde la vida de millones de personas ha cambiado drásticamente.

Pilatos no murió del todo.

8 de septiembre de 2006

Niños y perros

No sé muy bien que tienen los niños con los perros... Es esa especie de relación amor-odio, de decir "que curioso me resulta este ser, ¿de qué se tratara?" mientras que por otro lado el perro no sabe muy bien si acercarse, gruñir un poco por si acaso o salir despavorido ante un inminente manotazo, patada o de todo un poco...

Sucedía que acababa de salir de casa con mi perrilla en la hora de su paseo del mediodía, pongamos la 1 y media. Como siempre, aunque yo tire para la derecha ella siempre clava la vista a la izquierda, a la terraza del bar de abajo (a ver si alguien se da la vuelta, dice "que mono!" y de paso se deja acariciar un poco y le dan algo para llevar a la boca... no es lista ni nada...)

Grave error...

Al instante en que nos alejábamos, yo tirando de ella con cierta insistencia mientras se empeñaba en provocarse una luxación de cuello, un grupo de unos 4 niños (2 varones y 2 hembras) con edades comprendidas entre los 3 y los 8 años aproximadamente se acerca corriendo y se sientan en un banco al lado del cual acabábamos de pasar.

"¿Cómo se llama el perrito?"

Finjo no haber escuchado, que me lo estoy oliendo... Que te empiezan preguntando como se llama el perro y terminan preguntándote hasta los apellidos de soltera de la abuela.

"¿Cómo te llamas, perrito?"

Evidentemente, no va a contestarles, asi que creo que me tocará hacerlo a mi... está bien...

"Se llama Dolly"

Comienzo a oir entonces toda clase de nombres varios, ninguno por supuesto coincidiendo mínimamente con el que yo había dicho.

"Boni!!"

"Doni!!"

"Boli!!"

Vuelvo a decirlo, por si acaso, mientras me voy alejando, que estos niños cada vez hablan más alto y la gente de alrededor ya se está girando a mirar...

"Dolly, Dolly"

Da igual... mismas respuestas. Jue, seguro que si hubiera un pokemon de esos que se llamara así bien que lo hubieran dicho a la primera, pero nada, no hay manera.

Ante la situación tan agobiante de oir miles de nombres in crescendo disparados en tu dirección la única solución es la huida, por lo que tirando de nuevo insistentemente de la correa doblamos la esquina, dejando a ese coro de voces infantiles discutiendo nombres cada vez más inverosímiles.

Que no se engañe nadie, no soy ningún ogro, y de hecho me gustan los niños. Pero dos o más juntos y con un perro de por medio... eso es otra cosa.

3 de septiembre de 2006

Septiembre

Los meses terminan, que se le va a hacer. Agosto estuvo muy bien, pero sólo tenía 31 días (que no ha estado tan mal después de todo) Ahora nos enfrentamos posiblemente a uno de los clásicamente considerados peores meses del calendario: el retorno a las obligaciones, los últimos días del verano y el principio de un otoño lánguido y aparentemente aburrido, todo se junta en tan pocos días.

Pero que se le va a hacer... es parte de nuestra naturaleza. Se afronta y se supera y ya está. Las ardillas también recogeran sus nueces, avellanas o lo que sea que recojan para guardar para el invierno y las hormigas también recogerán algo, digo yo, bueno aunque esto ya es poco tirada de la moto que yo de bichos de estos no es que sepa mucho, de las películas de Disney y poco más (quién no veía Chip & Chop de peke??)

No hay mucho que decir, sólo dar ánimos a aquellos que tengan estos días algo más ocupado y desear suerte a todo el mundo.

Hasta otra!!

PD: Sí, me aburría como una ostra y era por rellenar espacio de blog gratuitamente. Cuando tenga algo más interesante que contar ya lo haré pero no es que esté muy inspirado ultimamente, lo siento. Agur!

12 de agosto de 2006

Indicaciones

Cuando nos encontramos ante la común situación en estas fechas de indicar a una persona qué camino debe tomar para llegar a un destino concreto siempre tenemos en cuenta dos percepciones acerca de la persona que nos pregunta:

A) Es subnormal.
B) Es sorda.

Ayer me encontraba yo esperando a un amigo fuera de la estación de metro de San Mamés, salida Sabino Arana, cuando me ví en no una, sino dos situaciones de estas (por ello que haya decidido comentarlo)

El primer caso fue un chico de unos veintitantos, que se habia bajado en el mismo tren que yo y que salió de la estación con aire desorientado. Como fui el primero que pasé por su lado y ya me disponía con aire calmado a apalancarme para la espera, vió que era su ocasión y formuló al pregunta:

"Perdon, este... para ir a Basurto, al tranvía, es muy lejos?"

Marcado acento argentino. Dándome la vuelta le señalé la parada del tranvía en San Mamés, justo al otro lado de la calle, aunque le dije que a Basurto sólo eran 2 paradas (son 2, no?) y que se podía ir andando, que no estaba lejos, no sin antes indicarle la dirección, claro ("hacia alli!!") A ver si iba a acabar en el Casco Viejo... La verdad es que esta vez no creo que chillé, porque como el tio hablaba castellano era algo más facil que em entendiera, o eso supuse yo. Podría haberle dicho que si iba a ir andando siguiera las vías del tranvía (como me sugeriría mi amigo ayer cuando se lo conté, auque era para el segundo caso)

Y vamos con este segundo entonces... Unos 10 minutos después, con mi espera esos mismos 10 minutos prolongada. En este caso fueron 2 chicas las que salieron del metro, de unos 20 años. Aquí debo indicar que yo creo que también ellas se pensaron que yo era subnormal porque lo único que dijeron, bien despacio y vocalizando mucho, fue:

"Estación... autobuses..."

A lo que yo respondí, con la misma pausa y articulación de palabras:

"Esa calle... luego izquierda... llegas a otra parada de metro (señalización con el dedo índice izquierdo del simbolito este de los 4 círculos que estaba ahí)... y justo arriba, la estación"

Suena muy claro todo, no? Sí, lo se, podía haber dicho lo de las vías, pero no se me ocurrió...

"Estación... de autobuses??"

"Sí"

No, que va, de lanzaderas espaciales... Pues sí, joer, autobuses es lo que me has preguntado...

"Izquierda??" (Señalando con la palma de la mano derecha por la calle que yo había dicho)

Vuelta a explicarlo todo, más o menos como antes, pero ya a un volumen algo superior... Vamos, lo suficiente para que me oyesen desde un octavo en lugar de desde un quinto.

"Gracie" (o como se escriba...)

Italianas?? Jue, si lo llego a saber les mando con el argentino, pero para el otro lado... aunque bueno, con los berridos que había metido (que me di cuenta justo después) creo que ya se habían asustado lo suficiente. Pero, a ver, pensándolo fríamente... ¿realmente la percepción A estaba tan equivocada?

Por fín llegó mi amigo en el siguiente metro y me pude ir antes de que me volvieran a asaltar.

Así que nada, para estos días cuando os toque, si no os quereis complicar... un consejo: que busquen las vías. Y, por si acaso, recordadles también que no caminen justo sobre ellas. A saber cuántos del tipo A, B o AB nos visitan...

10 de agosto de 2006

Arden

Arden... ahora mismo.

Más de 3000 en medio año... Ese es el número de incendios que llevamos. Aparte de cualquier punto de vista político sobre el asunto quiero centrarme esta vez en cifras.

6300 incendios el año pasado por estas fechas, una cifra que sonaba a holocausto. Y claro, ahora direis "pues estamos mejorando, el año que viene con suerte quemamos la mitad" La cuestión va a ser que el año que viene quede algo por quemar, como cada año va desapareciendo poco a poco superficie de bosque de todas partes, de aquí y de cualquier lugar del mundo donde haya algún loco desvergonzado y sin escrúpulos, algún interés oculto junto con una suma importante de dinero o cualquier otra enfermedad de la mente con suficiente poder de actuación.

No es de extrañar que luego se nos devuelva el golpe... ¿Tsunamis? ¿Terremotos? ¿Huracanes? Gracias a que reducimos cifras a la mitad podemos vivir sin uno de ellos cada día, en lugar de eso los tenemos cada semana, pero bueno.. todo es empeñarse y todo llegará.

Tampoco es cuestión de ponerse catastrofistas, ¿no? Ya se solucionará, "para eso está la ecología". Sí, para está, para que no la hagan caso más que unos pocos. Porque sí, a veces a todos nos da pereza lo de separar la basura y cosas similares pero ¿cuántas veces lo hemos pensado y hemos desistido? Más de una y más de dos... Y si nos contamos entre todos suman unas cuantas.

Básicamente, que no podemos evitar que un loco suba a un monte y pegue fuego a lo que le venga en gana, pero tal vez podamos retrasar un poco esa cuenta atrás que nos advierte de un final irremediable. Es cierto que no se puede culpar a ninguna generación, porque ninguna partía de cero y evidentemente hace 20 años no se tenía la misma conciencia que hoy en día, pero si queremos mantenerla y que no llegue a límites aún más embarazosos para los que vengan después de nosotros, no tiene lugar el quedarse de brazos cruzados igual que no tiene lugar el criticar sin aportar soluciones alternativas.

¿Acaso no hemos heredado la capacidad de supervivencia?

27 de julio de 2006

Decisiones

HISTORIA XXXVI

El CAMARERO bosteza discretamente apoyado en una columna. Entra el CLIENTE.

CAMARERO: (Inclinándose ligeramente.) ¿Qué desea el señor?

CLIENTE: No sé, cualquier cosa, lo que usted prefiera.

CAMARERO: (Sonriendo.) Perdona, señor, pero es usted quien debe elegir.

CLIENTE: Elegir es una tarea enojosa, buen hombre.

CAMARERO: Pero también es necesaria, señor.

CLIENTE: Tiene usted razón, también es necesaria. Resulta imprescindible elegir. Y es ahí donde me duele porque mis opciones son, de hecho, infinitas. Así que tenga la amabilidad de concederme un poco de tiempo.

CAMARERO: Como usted guste, señor.

Pausa. El CAMARERO se retira. El CLIENTE se reclina en la silla. Un rato después, levanta el brazo derecho y chasquea los dedos.

CAMARERO: ¿Ha elegido ya el señor?

CLIENTE: Sírvame un aperitivo.

CAMARERO: ¿Prefiere el señor alguna marca determinada?

CLIENTE: ¿Qué marca preferiría usted en mi puesto?

CAMARERO: Poco importan ahora mis gustos personales.

CLIENTE: De cualquier modo, prefiero que sea usted quien lo decida.

CAMARERO: (Un poco mosqueado.) ¿Blanco o negro?

CLIENTE: Eso también es cosa suya.

CAMARERO: ¿Dulce o seco?

CLIENTE: Eso me es indiferente, pero sírvamelo, en todo caso, con bastante hielo.

CAMARERO: (Esforzándose en la sonrisa.) ¿Qué significa para el señor bastante?

CLIENTE: Exactamente eso: bastante.

Pausa. El CAMARERO desaparece por una puerta y reaparece al cabo de un instante. En la bandeja, la botella y el vaso.

CAMARERO: Aquí tiene usted, señor. Dulce y con bastante hielo.

CLIENTE: ¿Qué marca eligió usted?

CAMARERO: Leontoff, señor. Una firma de reconocido prestigio.

CLIENTE: (Con un mohín de fastidio.) ¿Leontoff? ¡Vaya por Dios! ¡Ha ido a elegir la única marca que no soporto! La verdad es que no hubiera debido confiar en usted. Además, y por lo que veo, pretende servirme usted el aperitivo sin limón. ¿Qué clase de camarero es usted?

CAMARERO: Usted perdone, señor.

Pausa. El CAMARERO vuelve a desaparecer para regresar enseguida y con expresión totalmente solemne se saca, con el pulgar y el índice de la mano izquierda, un pedazo de limón de la boca.

CAMARERO: (Dejándolo caer en el interior del vaso.) Aquí tiene usted su limón, señor.

CLIENTE: (Perplejo.) No me parece una forma de servir demasiado ortodoxa.

CAMARERO: (Sonriendo, por fin, plenamente.) Puede que no lo sea, señor. Pero tiene usted una repugnante nariz en forma de flor de lis. Aparte de cualquier otro motivo, y créame que los tengo, esa circunstancia ya justifica sobradamente cualquier heterodoxia. (Cambiando el tono de voz, dando un brillo de acero a la mirada y clavándola en los ojos del cliente.) Oiga, dígame, ¿por qué ha nacido?

Silencio. El CLIENTE no sabe qué responder. Se palpa la nariz con la mano derecha y empieza a llorar con amargura.


"Historias mínimas", Javier Tomeo.

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Ya me referi en una entrada anterior al fastidioso y deprimente hecho de equivocarse, y es ahora cuando vamos a explorar un poco más un concepto que podríamos considerar como "la causa" de nuestras equivocaciones, osease, las decisiones que tomamos.

¿Blanco o negro? ¿Dulce o seco? Y por qué no... ¿Carne o pescado? ¿Playa o montaña? ¿Dos carretas o... tres?

Todos nos encontramos en algun momento con la necesidad de elegir una única rama de una disyuntiva más o menos comprometida. De nuestra decisión dependerá lo que pueda acontecernos en un futuro en mayor o menor medida, porque nunca sabemos lo que nos va a pasar por variar aunque sea un mínimo detalle en nuestro destino.

Y ese es también un buen tema para hablar, el destino. Porque, si somos capaces de tomar decisiones, ¿qué sentido tiene el destino? ¿O acaso el propio destino ya nos trae escrito la alternativa que vamos a tomar en un momento concreto? Demasiado que decir al respecto, recordaré comentarlo en alguna entrada posterior para no hacer esta demasiado densa, hoy tengo el día demasiado pensativo, creo.

Volviendo a las decisiones, podríamos considerar 3 casos, en función de que una, las dos o ninguna de las ramas nos llevaran a situaciones de equivocación. ¿Cómo elegir?

A) Disyuntiva mala-peor: Aquella en que ambas opciones nos harán meter la pata (prototipo "Y ahora qué coño hago") Típica de aventuras de rol con masters demasiado cabr... ejem. Se suele tender a elegir la opción que consideremos menos mala, lo que puede requerir una segunda decisión y como consecuencia una segunda equivocación implícita (no siempre lo peor se muestra tan claro)

B) Disyuntiva buena-mala: Como su nombre indica esta tiene una opción buena y otra mala (prototipo "Hora de estrujarse el coco") Típica del mundillo del azar y las apuestas (o lo pierdes todo o lo ganas todo) Merece la pena dedicarles un tiempo a pensarlas, pues son probablemente las que más nos van a afectar, tanto a favor como en contra.

C) Disyuntiva buena-mejor: Aquella con la que todos soñamos y que aparece con demasiada poca frecuencia (prototipo "Casi que me da lo mismo") No requiere mucha explicación, ojalá todo fuera tan fácil como tener que pensar en ellas.

Entonces... si ya tengo claro que tipos de alternativas puedo encontrarme y cómo actuar en cada caso, ¿dónde está el problema? Ay, amigo... que inocente eres... Una decisión es mucho más que un sí o un no, porque de por sí puede llegar a contener otras tantas multitudes de decisiones implícitas: ¿Cómo lo decido? ¿Cuándo lo decido? ¿Dónde lo decido? ¿Por qué lo decido? Así con las 6 W's y después sigue por donde quieras: ¿Y si no he pensado bien en todas las alternativas? ¿Y si no estoy atendiendo a todo lo que debería para decidir? ¿Qué se me escapa? Lista interminable...

En resumen, no hay ninguna clase de guía que pueda indicarnos cómo debemos actuar ni qué debemos decidir en cada momento. Debemos darnos cuenta nosotros mismos de lo que queremos conseguir y de los caminos que tenemos. A veces tendremos que abandonar decisiones, a veces tendremos que rectificar, aunque no hay que olvidar que pensar las cosas un poco más no va a hacer ningún daño a nadie y que más vale tarde que nunca. Sino, seremos víctimas del arrepentimiento (que me lo dejo también para una entrada posterior)

Espero no haberos rallado demasiado. Podeis dejarme vuestros comentarios si quereis.

Que paseis buenas vacaciones. Un saludo.