18 de agosto de 2008

Pon música a tu tarde

Buenas tardes!

Hoy hago una entrada rapidita para hablaros sobre una página que he descubierto esta tarde. Se trata de Rockola.fm, un lugar donde podéis escuchar la música que os dé la gana, a modo de radio. La gran ventaja de este sitio es que podéis personalizar el tipo de lista de reproducción que queráis según épocas (desde antes los 50 hasta la actualidad), idiomas (castellano, otros, o todo a la vez...) y, lo más curioso, según el estado de ánimo en que os encontréis. Además, si te registras (que no se tarda nada y es gratuito, por supuesto), puedes indicar que música te gusta más o menos para que poco a poco la página te vaya proponiendo música que se acerque más a tus gustos.

Aún no lo he probado demasiado (estoy en ello), pero si a alguien le apetece enredar y dejar un comentario con su opinión, será más que bienvenido.

Nada más. Un saludo!!

1 de agosto de 2008

Recordando el olvido

La mente es limitada. Tal vez el día de mañana podamos insertarnos chips de memoria en un complicado procesador cerebral que llevemos todos implantados. Pero aún no... Por eso seleccionamos. Nos quedamos con una parte muy pequeña de las cosas que vivimos y la almacenamos para el futuro, por si nos puede resultar interesante. Y lo que queda atrás... olvidado.
Sin embargo, no todo se olvida. Algo a lo que a priori no podemos acceder en nuestra mente puede aparecer más tarde, cuando es invocado por algún hecho presente relacionado o simplemente cuando profundizamos más en ello. Tal vez yo no recuerde de primeras que cosas ví cuando estuve en una ciudad hace varios años, pero si alguien me dice cosas que él ha visto seguramente recuerde que yo también estuve allí e incluso en otros sitios que él no tiene porque haberme nombrado. Pero uno empieza a asociar y a tirar del hilo y claro...
Y recuerdos olvidados los hay de todo tipo, eh? No hay porque remontarse hasta el pasado para olvidar algo, porque podemos hacerlo en tan sólo un instante. Entre los olvidos fugaces mi favorito por excelencia es el del azúcar en el café de la mañana... "¿Se lo he echado ya? ¿O no? ¿Y cuántas cucharadas?" Hay momentos en que no se le puede interrumpir a nadie, y ese es uno de los más crueles porque sabes que correrás el riesgo de tomarte un café excesivamente empalagoso...
Pero nuestro "mecanismo de recuerdo" es inteligente. Nos evita la mayoría de experiencias desagradables y nos deja las buenas, será por eso que tropezamos siempre con la misma piedra: no nos acordamos de que está ahí hasta que le metemos el zapatazo. En todo caso hemos de tratar de recordar eso explícitamente repitiéndonoslo una y otra vez o gastando post-it's o similares elementos físicos de recuerdo.
Sea como sea, elegir lo que recordar sigue estando en nuestra mano, pero elegir lo que olvidar suele ser más complicado.
¿Y a qué venía todo esto? Ni idea...
Me voy a preparar un café (con azúcar... o tal vez no)