7 de noviembre de 2008

Piedra

Para que nadie pueda cruzarse en tu camino y desviarte de tu objetivo.

Para que no busques otras alternativas y simplemente avances sin preguntarte a cada jornada "¿y si hubiera hecho o dicho esto otro?".

Para que cada día sea exactamente igual que ayer, sin sobresaltos, sin emociones, sin sorpresas de ningún tipo. Inerte sí, pero constante.

Para que aunque veas que a tu alrededor llueve, tu alma se mantenga seca y nada la empape.

Para olvidar todo cuanto quieras, incluso el camino recorrido o las personas encontradas a lo largo de él. Y si no se puede olvidar, al menos los aislarás.

Para poder despertar y empezar de cero.

Para hacer callar a la conciencia y escuchar sólo a los sentidos. Ahora tú tomas tus decisiones.

Para no caer, aunque haya más tropiezos.

Para no mirar atrás y seguir peleando por llegar al destino.

Hay que construirse un corazón de piedra; porque aunque puede pesar en el camino, seguro que no se pudrirá.

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