11 de septiembre de 2008

Crueldad

Crueldad es oir el teléfono mientras abres la puerta de casa, correr hacia él tirando todos tus trastos de camino y sólo escuchar "tut-tut-tut-..."

Crueldad es que el día en que más necesitas el móvil te hayas quedado sin batería una hora después de salir de casa.

Crueldad es dejarte el paraguas en casa cuando llueve a cántaros fuera y llevártelo cuando domina un sol de justicia.

Crueldad es que una vez sentado en la taza del cuarto de baño y "en plena faena" descubras la ausencia de papel higiénico a tu lado.

Crueldad es que se te rompa una cuerda de la guitarra un sábado por la noche y no tengas ninguna de recambio.

Crueldad es tener que irse de un bar cuando suena una canción que te gusta después de haber escuchado ochocientas insufribles.

Crueldad es que salte la luz de casa cuando llevas varios párrafos de un trabajo sin guardar en Word.

Crueldad es abrir un grifo de agua caliente en la casa mientras tú estás dándote una apacible ducha con mucha calma y desasosiego.

Eso es crueldad....

Pero, que tras 2 días enfrascado en una endiablada función en el maldito C++ y realizando ya las pruebas definitivas dónde crees que todo va a salir por fin perfectamente "porque ha salido bien unos dos millones de veces antes" y a falta de 10 escasos minutos para terminar la jornada laboral y poder irte a tu casa tranquilo y en paz a comer sin que se te revuelvan las tripas haya una maquiavélica sección entera de un fichero sinvergüenza que no se copie, eso no es crueldad...

Es una gran putada.

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